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¡Cuánto te puede decir tu animal!

Actualizado: 20 jul 2024

Hola. Bienvenidos a mi blog, yo soy María Paulina.

Ve por tu café o tu bebida favorita, ¡y empecemos!


EL RELATO


Un gato ya mayor vivía con una familia de humanos que acabó por separarse. El gato se quedó con el señor. Tiempo después, el señor dijo ya no puedo tener más al gato, así que se fue el gato con la señora y sus hijos. La mujer quería saber cómo se estaba sintiendo el gato, no solamente porque su familia humana se había separado, sino porque tuvo que moverse de la casa a la que estaba acostumbrado.


El gato no mostraba mayores señales de estar, ni demasiado incómodo con el señor, ni demasiado cómodo con ella y sus hijos. Sin embargo, algo en su corazón le indicaba que ese gato, con ella y sus hijos, estaba feliz. Así que, en una consulta con el gato, se lo pregunté. Y esto fue lo que respondió:


-Con el hombre me sentía invisible, parecía casi que tenía que rogar porque me viera. Me atendía, sí: me daba comida, me daba agua y tenía un lugar cómodo donde dormir. Pero no se vinculaba conmigo. En cambio, ahora, con ella y con sus hijos no solamente me siento visto, sino que me siento amado. Me siento tratado como parte de la familia.


LA REFLEXIÓN


Si bien es cierto que hay animales que muestran una preferencia evidente hacia uno de los humanos de su familia, no necesariamente esto ocurre en todos los casos, pues hay animales que se relacionan muy bien con varios miembros de la familia, o con todos ellos. Es importante saber que nuestros animales no piensan igual que nosotros. Y, si creemos que lo hacen e insistimos en que lo que pensamos de ellos es lo mismo que ellos piensan de ellos mismos, podremos caer en un error de conexión o de relación con ellos que nos podría llevar a cometer errores. Una veces estos errores serán insignificantes; pero, otras veces, quizá complicados.


Y es que cuando los humanos hablamos de nuestros animales, nos parecemos a los padres y a las madres cuando hablan de sus hijos: en muchos de los casos quisiéramos que ellos fueran lo que nosotros queremos o necesitamos que sean, que sientan lo que nosotros quisiéramos que ellos estuviesen sintiendo. Pero, además, ocurre algo que es muy común en nuestra especie: cuando definimos o describimos a alguien más, en este caso nuestros animales, pareciera que eso que decimos tuviera siempre un cierto tono de juicio.


PAUSA COMERCIAL


Con tu permiso, déjame tomarme un momento para hablarte sobre un proyecto que vengo desarrollando durante poco más de un año, y que es una de las cosas que más alegría me ha generado en los últimos años de mi vida. Se trata de mi Curso de Comunicación Intuitiva con Animales Digital. Un curso en video, hermoso, que no solamente me ha permitido ir un paso más en mi experiencia como comunicadora animal, sino que ha traído a mi vida personas maravillosas que de otra forma jamás habría conocido.


He diseñado este curso para todas aquellas personas que sueñan con poder hablar con sus animales. Con conectarse más con ellos para sentirse tranquilas de que saben realmente quién es su animal, qué necesita y qué quiere. Además, para lograr, a través de esta nueva forma de relación, estrechar los lazos con ellos y mejorar, como resultado, su calidad de vida.


Una característica muy especial que tiene mi curso, y la forma en la que enseño algo que pareciera tan fuera de este mundo, es la facilidad. Lo he diseñado de tal forma que el proceso sea sencillo. Pero no me creas a mí. Que te lo cuente Silvia, una de mis estudiantes del curso.




Si después de escuchar a Silvia quieres saber de qué se trata este curso, suscríbete a cualquiera de mis boletines para que recibas la información, y también obsequios.


LA REFLEXIÓN... continuación


Siguiendo con la reflexión, en el caso de este gato, aunque no había mostrado señales particulares de estar incómodo con el señor ni feliz con la mujer y con sus hijos, había algo que se estaba gestando en él cuando vivía con el hombre: la sensación de invisibilidad. Los animales cercanos a nosotros, cuando se trata de la relación con los humanos, aunque también entre ellos necesitan, igual que lo necesitamos nosotros (as), sentir conexión, sentir cercanía; que se les ama, que se les entiende y que se les considera. Que son verdaderamente cercanos a nuestros corazones. Y ellos se dan clara cuenta de cuando no es así. El que no lo pueden articular como lo haría una persona, no indica que no tengan la capacidad de entender lo que sucede.


La comunicación intuitiva se convierte, entonces, en la única herramienta que les permite transmitirnos exactamente lo que ocurre con ellos.... si les damos la oportunidad.


Si bien es cierto que son muchas las ocasiones en las que coincidimos entre lo que el animal siente, quiere y necesita, y lo que nosotros creemos que siente, quiere y necesita, aún sin que el animal nos lo confirme, es importante saber que hay una forma de ir mucho más profundo; una

manera en la cual podemos realmente verificar si eso es cierto. La comunicación intuitiva con animales permite esto y permite, también, darnos cuenta de si, cuando creemos que estamos cometiendo algún error... que de pronto nuestro animal no es tan feliz con el estilo de vida que le hemos proporcionado, confirmar si esto es verdad. Porque también pasa que hay personas que me consultan con la sensación de que la vida que viven con su animal tal vez al animal lo

incomoda, lo cansa, lo aburre. Y da la casualidad de que cuando ellos me cuentan cómo se sienten con esa vida, resultan estando contentos o se sienten tranquilos y a gusto.


Qué bonito es poder saber directamente de tu animal cómo se siente contigo, que necesita que quiere. Y también que te cuente todo eso que ya está bien, que te exprese detalladamente que todo eso que le ofreces es que para él o que para ella inmensamente significativo.


En resumen, aquello que yo creo o pienso de mi animal, no necesariamente es lo que mi animal piensa o cree de sí mismo (a), o de mí, porque ellos tienen su propia mirada de la vida, su propia

mirada de sí mismo (a), su propia mirada de nosotros, los humanos, su propia mirada y sus propios sentimientos en torno a la vida que viven junto a nosotros... Y en ellos está, además, la capacidad de contarnos todo esto.


Es como que tuviéramos hoy en día la posibilidad de cumplir ese sueño que tantos niños tienen, y es que su perro o que su gato les hable.





LA DESPEDIDA


Bueno, esto era todo lo que quería compartir contigo hoy. Gracias por haberme acompañado. Hasta una próxima oportunidad. Te mando un beso... chao, chao.


 
 
 

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