Algo sobre la muerte en los animales
- María Paulina Mejía
- 11 sept
- 3 Min. de lectura
Actualizado: hace 6 días
Todavía me pregunto cómo llegué a acompañar a animales en sus últimos días de vida, en su muerte y en el más allá . Y sobre todo, para qué. A la primera pregunta podría responder trazando una línea de tiempo. La respuesta a la segunda, sin embargo, no es tan sencilla porque se compone de varias partes, unas que ya se han dejado ver y otras que permanecen escondidas.
Hay algo, eso sí, que está claro: el inmenso valor que esto ha traído a mi vida. Algo que me hace recordar las palabras de Kai Pacha, la fundadora de Pumakawa, cuando expresa que cuidar a su puma la hace sentir importante. En mi caso, cuando acompaño a un animal a morir en sus propios términos, mi vida parece tener un sentido que me trasciende. Quizá es por eso que, aunque sea un tema del que poco se habla y que no es nada popular, me rehuso a dejarlo a un lado.
Los animales mueren, como lo hacen los humanos, a su manera. Es decir que cada uno sabe cómo morirá y por qué lo hará de una o de otra forma. Por esta razón, un animal tiene la capacidad de hablar de esto. Y si se trata de un animal que comparte su vida con humanos (as), con mayor razón este se convierte en un asunto que necesita ser atendido.
Es más fácil continuar haciéndonos los (as) ciegos (as) y sordos (as) ante un tema como este, igual que lo es ante cualquier cosa que, de prestarle atención, nos impulsará a generar algún nivel de movilización personal. Pues el miedo al cambio, y también la pereza que a veces da tener que aprender a ser mejores y a hacer las cosas distinto, nos frena ante posibilidades que podrían expandir nuestras vidas en formas muchas veces inimaginables.
Pero no se trata solamente de nosotros (as), sino de ellos. De estos seres que han aceptado convivir con una especie tan compleja como la nuestra y adaptarse a un estilo de vida lleno de artificios y fabricaciones que para ellos son imposibles de entender. No obstante, se levantan cada día junto a nuestra cama o en el sofá de la sala o en su mantica, a vivir un día más... Uno que ha sido diseñado por nosotros (as) para ellos, y sobre el cual tienen poca o ninguna opinión. No porque literalmente no la tengan, sino porque se las negamos desde la idea de ellos sobre la que por siglos nos hemos venimos convenciendo.
Y la muerte no es la excepción. Peor aún, sobre su muerte tomamos muchas veces decisiones unilaterales desde una mirada de ella y de ellos que es tan limitada, que me lleva a preguntarme: ¿Qué pasará con nosotros (as) cuando nos encontremos con ellos del otro lado y nos demos cuenta de cuán equivocados (as) estábamos en nuestra percepción de lo que realmente son? ¿Qué sentiremos al enfrentarnos con la dura verdad sobre que a cientos de ellos los hemos "puesto a dormir", como acostumbramos referirnos al hecho de interrumpir sus vidas -una frase bastante conveniente, a mi juicio, pues suena como si les hiciéramos un favor, ya que dormir es sinónimo de descanso.
¿Será esto lo que los animales digan a sus personas cuando se reencuentren con ellas del otro lado? "Gracias porque me pusiste a dormir." ¿Será?
Si bien es cierto que algunos de los animales a los que se les ha puesto la eutanasia sin antes preguntarles si es esa la forma de muerte que prefieren me han pedido tranquilizar a sus humanas -hasta ahora han sido todas mujeres las que me han consultado para saber si su animal está bien del otro lado luego de haberlos...-, también me he topado con algunos a los que he debido ayudar a salir de un estado de angustia, de ira, de confusión o de limbo, después de haber muerto a manos de una aguja.
Aunque no tengo una postura radical en contra de la eutanasia porque entiendo que hay casos en los que poder recurrir a ella de forma legal es ventajoso y, por qué no, amoroso también, debo decir que la mayoría de animales a los que personas les han dado la oportunidad de elegir su muerte a través de mi Consulta de Comunicación Intuitiva con Animales al Final de la Vida, han elegido la muerte natural.
¿Qué hace que, en mi experiencia, sean más los animales que elijan la muerte natural, y por qué es importante respetar su deseo? Te lo cuento en la próxima entrada.
Gracias por leerme.
Hasta una próxima oportunidad.
Amorosamente,
MARÍA PAULINA
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